jueves, 6 de agosto de 2015

Desde las entrañas

Las acciones de puertas hacia fuera parece que surgen de la nada. Una noche te acuestas tras haber cenado un sándwich mixto y a la mañana siguiente desayunas un pitufo con tomate y mitá con leche de soja. Ya no quieres comer mas animales. Una tarde vas paseando y acabas sentada en una peluquería sentenciando: Quiero cortarme el pelo. Corto corto. De niña mala cuqui, por favor. 

Este último año ha sido difícil, turbulento, montaña rusa. He luchado por levantarme cada mañana de la cama. He buceado en lo más profundo de mi ser para volver a encontrarme. Y no lo he hecho. No hay un "yo" como el que solía ser, y eso es lo mejor que me ha podido pasar. He aprendido a disfrutar de la reflexión, de los diálogos conmigo misma. A veces resulta difícil mediar un debate interno, pero cuando se despejan incógnitas y se sacan conclusiones ocurre la magia, y yo soy una muggle convencida de que todavía llegará mi carta. 

A menudo he pensado "¿Cómo era yo?" "¿Quién era?" y me sorprendía pensar en mí misma como si de otra persona se tratara, porque no era capaz de conectarme con una Claudia remota, ni imaginarme otra Claudia posible. Hasta que un día, como si despertara de una larga siesta de verano, me di cuenta de que ya no soy quien solía ser. Así que decidí dejar de comer animales para empezar a ser coherente con mis convicciones. Porque aunque el cambio llegue de un día para otro, las convicciones van depositándose poco a poco en cada cabeza hasta que llega la determinación para actuar.

Meses después de este primer paso me corté el pelo. Pareció una locura que había hecho sin pensármelo dos veces. En cualquier caso fue liberador. Un simple cambio de aspecto. La toma de conciencia definitiva de mi cuerpo (por ahora).

Ya no tomo café en casa, es un placer del que prefiero disfrutar en momentos puntuales. Son los pequeños cambios los que gestan grandes revoluciones. Y yo me encuentro inmersa en la mía particular. 


.- La Cafetera



1 comentario:

  1. Está la evolución y está la involución, y tu, afortunadamente, como hija mía que eres, has elegido el camino difícil , duro y trabajoso,áspero y solitario a veces que lleva a la alegría, la liberación y la felicidad. Y eso es evolución.

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